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Al iniciar la búsqueda de un nuevo empleo, hay un objetivo primordial que guía y motiva todo el recorrido: encontrar la oportunidad deseada en el mundo del trabajo. Pero cuando ese momento tarda en llegar, la sensación de frustración irrumpe con fuerza y, si no la controlamos, puede hacernos perder el foco de nuestro propósito.

“Nos frustramos en la búsqueda de empleo cuando postulamos a varios trabajos y no nos llaman, cuando la entrevista no fue la esperada, o cuando la edad o la experiencia no coinciden con el perfil que solicita la empresa. La clave para que no aumente el enojo está en hacer una pausa, para poder reflexionar de forma consciente y racional sobre cómo estoy llevando adelante ese proceso, y ver qué es lo que no está funcionando”, explicó María Daniela Sifón, orientadora laboral del Servicio de Empleo AMIA (SEA).

Un contexto de crisis como el que estamos atravesando, agravado por las consecuencias de la pandemia, es un hecho que no se puede soslayar, y los postulantes son conscientes de las dificultades que se añaden.

“Reina la frustración porque hay una necesidad concreta que no está siendo satisfecha, que es la de conseguir empleo”, precisó la orientadora. Ante esta situación, en la que los resultados no son los esperados, “el cansancio, el enojo y la frustración empiezan a prevalecer sobre otros sentimientos que teníamos al momento de comenzar con la búsqueda de empleo”, aseguró Sifón. “Hacer una lista y poner en palabras las emociones que estamos atravesando, nos da la posibilidad de saber qué nos está pasando para poder luego actuar en consecuencia”, destacó.

Para poder lidiar con la frustración, elaboramos una guía con consejos y herramientas prácticas para poder aplicar durante el proceso de búsqueda laboral:

1.  Autocrítica: Trabajar el autoconocimiento para reconocer cuáles son nuestras falencias y nuestros aciertos. Hacer un análisis de la situación para corregir el rumbo. Volver a empezar, ver cómo estamos encarando esa búsqueda laboral y a qué puestos estamos aplicando.

2.  Aceptar: Resulta de vital importancia asumir que uno tiene aspectos a mejorar y que nuestro perfil puede no ser el que se requiera para ese puesto. Nos debemos tomar el tiempo para ver cuáles de esas búsquedas son realmente acordes con mi perfil. Genera muchísima frustración postularse a todos los avisos que vemos, sin que se ajusten a lo que podemos aportar.

3. Encontrar una salida a los problemas generados por nuestras reacciones emocionales: La falta de autoestima, los pensamientos negativos, el enojo, el cansancio o creer que no se va a conseguir el trabajo, son todas sensaciones que pueden jugarnos en contra al momento de buscar empleo. Hacer una pausa y reconocer lo que sentimos, son claves para atravesar este proceso sin una carga emocional tan negativa.

4.  Desarrollar la capacidad analítica: Es importante analizar cada instancia y ver qué aprendí. ¿Por qué no funcionó? ¿por qué me postulo y no obtengo ninguna respuesta? ¿Por qué no me llamaron para la siguiente etapa? “Cada experiencia nos deja un aprendizaje. Si no frenamos a analizar lo qué sucedió y ver cómo podemos corregirlo, seguiremos cometiendo los mismos errores y el sentimiento de frustración será cada vez mayor”, concluyó la orientadora del SEA.

5. Sumarse a espacios de capacitación: Mientras estamos buscando empleo, es importante recurrir a lugares que ofrecen espacios de capacitación (ver cursos gratuitos) a para poder adquirir nuevos conocimientos o habilidades para que nuestro CV pueda actualizarse periódicamente. Es una manera también de poder sentirnos activos y ávidos de nuevos conocimientos.

6. Pedir ayuda y trabajar la motivación: Hablar con alguien que nos inspire confianza y compartir nuestras emociones es importante para aliviar el peso de sensaciones que conlleva la etapa de buscar empleo. No perder la motivación es crucial también y en eso nos pueden ayudar y orientar las personas que bien nos conocen y cuyas palabras de aliento nos pueden conducir a recuperar la esperanza.

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